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Patuque: Actividad segura y saludable para tu bebé durante la etapa en la que quieren llevarse TODO

Desde que nacemos, hasta aproximadamente los dos años de edad, nuestra manera de relacionarnos con el entorno es a través de la boca. Es por eso que constantemente vemos que los bebés quieren saborear todo lo que observan a su alrededor.


En esta primera etapa de la vida, el cerebro es como una caja vacía, pero que tiene una necesidad enorme de obtener información. Sentimos curiosidad de saber cómo es todo. Si lo que vemos será dulce o salado; suave o duro; frío o caliente.


Siempre me ha gustado describir esa sensación como cuando vamos a comer a un nuevo restaurante. Te entregan el menú, escoges lo que vas a comer, te comes toda la comida y luego se acerca el mesonero con un carrito lleno de postres.


De inmediato, te percatas de que en la primera bandeja todos son de chocolate, pero cada uno tiene un color y presentación diferentes. Como tu adicción es el chocolate, TODOS te provocan. Sin embargo, hay uno en particular que se ve delicioso.


Le preguntas al mesonero qué tiene ese llamativo postre y te nombra una gama de ingredientes que nunca has probado juntos, mezclados de esa manera. Pero sabes que con chocolate deben ser exquisitos.


Te decides por ese y el mesonero lo sirve en la mesa. Tomas el tenedor y la primera impresión al cortarlo es que es más suave de lo que imaginabas. Llevas una porción a tu boca y de inmediato notas que el sabor es extraordinario, pero la textura es un poco arenosa. Algo que nunca habías sentido.


¡Yum! ¡Es el postre más divino que he probado! Nunca había experimentado nada igual, pero ahora sé que existe y puedo recrear ese momento en el que lo saboreaba hasta con los ojos cerrados.


Pues bien, esas mismas sensaciones, ya sean positivas o negativas, ocurren en nuestro cerebro cuando estamos descubriendo el mundo. La diferencia radica en que cuando somos bebés, no podemos frenar ese instinto de probar todo, porque es parte de nuestro ser. Es parte del ser humano y es netamente instintivo ya que nuestro cerebro pide a gritos información.


El problema está en que a esa edad no todo lo que tenemos a nuestro alrededor es seguro y saludable a la hora de introducirlo a nuestras bocas.


Por esta razón, y algunas otras que explicaré en este texto, es que surge la propuesta de realizar con ellos lo que denominamos ‘patuque’. Sin dudas una de mis actividades favoritas para compartir con bebés y niños.


La palabra patuque se refiere a algo ‘pegostoso’, ‘desordenado’, ‘sucio’ y ‘regado’.


Esta actividad la aprendí de la mano de dos grandes maestras que admiro, respeto y a quienes agradezco su participación durante mi etapa de formación profesional de la Primera Infancia. A Evelyn Torres y Lorena Oramas: ¡Muchísimas gracias!


Cómo jugar "Patuque" con los niños


La actividad de patuque consiste en preparar diferentes tipos de alimentos con consistencia de puré, utilizando frutas o verduras, y ofrecerlo a los bebés desde que empiezan a introducir alimentos en su dieta diaria para que lo manipulen de la manera que ellos quieran.


¿Qué es lo primero que harán ellos con ese puré? Sí, exactamente eso: meterlo a su boca con las manos… o con nuestra ayuda.


La manera más fácil y cómoda de realizar una actividad de patuque es la siguiente:

  1. Preparar la porción de puré con el cual se va realizar el patuque. Aproximadamente unos 300 gramos.

  2. Cubrir el suelo limpio con hojas de papel bond (multiusos), que cubran un área de unas 43”x43”, y sujetar los bordes al piso con cinta adhesiva. De esta manera, evitaremos que los bebés lo despeguen o que el viento lo vuele. Podemos hacer lo mismo con un mantel redondo desechable, como los que se utilizan para decorar fiestas.

  3. Preparar el lugar donde se va a limpiar al bebé cuando termine de ‘empatucarse’. Preferiblemente una ponchera, envase o bañera con agua tibia, y tenerlo cerca del lugar donde se realizará la actividad.

  4. Tener una toalla a la mano.


Una vez que tengamos estos cuatro puntos cubiertos y estemos listos para la aventura, sentaremos al bebé en pañales en el medio del papel o mantel, dándole apoyo con nuestros cuerpos en caso de que aún no se mantenga sentado por su propia cuenta. Luego colocaremos el puré en medio de sus piernas.


Debes invitarlo a tocar el puré, pero sin forzarlo. Espera a que él solo lo haga y, en todo caso, modela con tu cuerpo lo que deseas que él haga. Cuando ya esté familiarizado con esta acción, juega con él explicándole qué material es; si esta frío o tibio; si es dulce o salado; cómo suena si se aprieta con las manos, o el sonido que produce si se deja caer al suelo. Cántale canciones o masajea sus piernitas, si notas que lo está disfrutando.


Todo lo que se te ocurra para jugar con él, y hacer de éste un momento divertido y de placer, es totalmente válido. Sin embargo, debes tener en cuenta su seguridad, ya que a medida de que empiezas a jugar puede que la superficie se torne un poco resbalosa.


Por lo tanto, nunca dejes solo a tu bebé, ni por un segundo. Si éste intenta levantarse o caminar, puedes decirle con un tono de voz amable que la superficie es resbalosa, que es mejor mantenerse sentado y ofrecerle sostén tomándolo del brazo con suavidad.


Algunos bebés no van a querer sentarse, ya que esa sensación resbalosa es totalmente nueva para ellos. Entonces, ofrécele la oportunidad de levantarse con tu ayuda para que disfrute la experiencia.


Esta actividad suele durar unos 10 -15 minutos, ya que el tiempo de atención de los bebés es corto durante los primeros meses. Debemos estar atentos cuando el bebé nos indique que ha terminado, por ejemplo si comienza a quejarse un poco, o si se quiere retirar del espacio de juego.


Con esta experiencia de interacción directa contigo y el patuque, estarás enriqueciendo esa cajita vacía y llenándola, no sólo de memorias inolvidables, sino también de conceptos básicos como las texturas, sabores, colores, temperaturas, transformación de la materia y vínculo afectivo.


También le estarás brindando un momento para explorar su ‘autonomía’ (concepto muy interesante, pero del que hablaremos en otra oportunidad), y más importante aún, le estarás enseñando a comer; brindándole oportunidades para conocer los alimentos a través del juego.


Muchas madres se preocupan porque sus pequeños no suelen comer todos los alimentos que ellas quisieran, pero la práctica de patuques constantes, desde que los bebés introducen alimentos a su dieta, es una estrategia que en lo personal me ha funcionado por más de ocho años trabajando con bebés y sus familias.


Si te estás preguntando: “Si hago patuques con mi bebé, ¿a la hora de su comida va a querer hacer lo mismo y empatucarse?” La respuesta es: depende. Depende de qué tanto le expliques cuándo es momento para jugar (cosa que ellos entienden, ya que la disposición del espacio y momento es diferente a cuando lo sientas en su silla de comer), y cuándo es momento de solo comer.


No podemos olvidar algo que es clave con los pequeños desde que nacen: la COMUNICACIÓN. Los bebés, aunque nos cueste creerlo, ENTIENDEN. No sólo palabras, sino tonos, señales, energías y emociones. Entonces, no subestimemos su inteligencia. Permitámosles vivir esta etapa al MÁXIMO, que al fin y al cabo ¡NO ES PARA TODA LA VIDA!


Hasta una próxima entrega de Yuru Tips en ZBK.


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